Abandonado por su novia, maltratado por su agente y desahuciado de su apartamento, la vida como aspirante a actor de Marty Mackenzie (Lochlyn Munro) parece que no puede ir peor. En un intento desesperado por conseguir algo de dinero, decide demandar a su antiguo agente con la ayuda de un investigador privado, Jack Potter (Leslie Nielsen), que se apiada de él. A partir de ese momento se respaldan mutuamente y mientras Jack busca apoyos para la demanda de Marty, éste trabaja en otro caso rutinario, espiando en Oregón a una mujer rubia por orden de su marido.

Al subir a un avión con destino a Paris, junto con sus compañeros de clase, Alex tiene una premonición, por lo que desembarca justo antes de despegar junto a seis de sus amigos y una profesora. Poco después el aparato explota en el aire. El grupo de supervivientes se verá perseguido por la dama de la guadaña, la propia muerte, que no se dará por vencida. Acosado por el FBI que considera a Alex responsable del accidente y perseguido por sus propios miedos, el joven deberá descubrir que las coincidencias y los accidentes no son algo casual.

No hubo supervivientes en el accidente de avión en el que viajaban la esposa y la hija de Joe, un periodista sumido desde entonces en una gran depresión. Una noche recibe la inesperada visita de una mujer que afirma haber descubierto algo muy importante relacionado con el pasaje del vuelo siniestrado, pero al instante es asesinada por agentes de la CIA, los mismos que tratarán de impedir que Joe descubra la enigmática verdad sobre el fatal accidente.

Cuando el mundo comienza a ser invadido por una legión de muertos vivientes, Gerry Lane, un experto investigador de las Naciones Unidas, intentará evitar el fin de la civilización en una carrera contra el tiempo y el destino. La destrucción a la que se ve sometida la raza humana lo lleva a recorrer el mundo entero buscando la solución para frenar esa horrible epidemia.

¿Puede haber algo peor que trabajar en nochevieja? Sí: que mientras estás currando tenga lugar el Apocalipsis Zombie. Eso es justamente lo que le ocurre al protagonista de Stalled, un pobre bedel que cambia bombillas mientras todo el mundo se emborracha y celebra el año nuevo. Su situación se agravará cuando deba hacer frente a un ejército de muertos vivientes mientras está atrapado en un baño de señoras. (FILMAFFINITY)